Hoteles en Moldavia

Descubre Moldavia

Si estás planeando un viaje a Moldavia, considera visitar en primavera (de abril a junio) o en otoño (de septiembre a noviembre). Durante estos meses, las temperaturas son bastante moderadas, oscilando entre 15 y 25°C, lo que te proporcionará el momento ideal para explorar. El otoño resalta especialmente por la tradicional vendimia y la fiesta del vino, un evento que combina cultura, gastronomía y mucha diversión.

En primavera, no te pierdas las numerosas festividades que se celebran en varias ciudades. La llegada de la temporada se festeja con música, bailes y mercados locales. Es un período fabuloso para que experimentes la cultura local en su máxima expresión.

Aunque Moldavia es bastante asequible en comparación con otros destinos europeos, los precios pueden incrementarse un poco durante las temporadas de festivales y eventos.

Preparar tu viaje a Moldavia no es como organizar unas vacaciones a cualquier destino europeo. Aunque no es un país muy visitado, eso no significa que sea fácil conseguir un chollo. Reservar tus vuelos y hoteles con cuatro a seis meses de antelación es lo más aconsejable para asegurar buenos precios y disponibilidad, especialmente si planeas ir en verano, que es la temporada alta.

En cuanto a los vuelos, es mejor que te olvides de los fines de semana. Los martes y miércoles suelen tener las tarifas más económicas.

Aprovecha estos consejos y prepárate para descubrir los viñedos, monasterios y la rica cultura de Moldavia sin gastar una fortuna.

¡Olvídate de los destinos típicos y descubre Moldavia! Empieza por la capital, Chisináu, y su Plaza de la Catedral, donde la arquitectura soviética y los parques verdes se entrelazan de manera única. Un paseo por la Avenida Stefan cel Mare te pondrá en contacto directo con la vida local.

Pero el corazón de Moldavia está bajo tierra. Las bodegas de Mileștii Mici y Cricova son como ciudades subterráneas llenas de vino; un tour por ellas será inolvidable. Si te interesa la historia, el Monasterio de Orheiul Vechi, un complejo excavado en un acantilado, te dejará sin palabras.

Para una experiencia natural única, el Parque Nacional Pădurea Domnească alberga la única área de bosque primario de Moldavia. Aquí puedes hacer senderismo, picnic y observación de aves. ¿Interesado en la artesanía local? Dirígete a Ivancea, una aldea especializada en la producción de alfombras tradicionales y tejidos.

No te pierdas Tiraspol, la capital de la auto-proclamada república de Transnistria. Es como retroceder en el tiempo a la era soviética. Entre monumentos, banderas y hasta su propia moneda, te espera un cambio de escenario garantizado.