Hoteles en Seychelles

Descubre Seychelles

Para aprovechar al máximo Seychelles, te conviene viajar entre abril y mayo o entre octubre y noviembre. Estos meses te ofrecen condiciones ideales para el buceo y snorkel gracias a la claridad del agua y a unas temperaturas agradables que rondan los 27-29°C. Además, al ser temporada baja, encontrarás menos gente y los precios de los hoteles son más accesibles.

Si buscas disfrutar de eventos, no te pierdas el Carnaval Internacional de Victoria, que es una experiencia increíble con desfiles y música en vivo. Pero si tu interés es la observación de aves, mayo es el mes ideal para visitar, ya que es la época de anidación de las aves marinas. Ten en cuenta que de diciembre a marzo es temporada de lluvias y, aunque sigue siendo cálido, podría ser una temporada más tranquila si prefieres evitar las multitudes.

En resumen, para disfrutar de Seychelles sin aglomeraciones y a buen precio, planea tu viaje para los meses de abril-mayo o octubre-noviembre.

Para conseguir los mejores precios y disponibilidad en Seychelles, conviene que comiences a planificar con al menos seis meses de antelación. Los vuelos suelen ser más económicos durante la temporada baja, que va de mayo a noviembre. Aquí va un consejo: busca hoteles con políticas de cancelación flexibles.

En lo que respecta a alojamiento, muchos hoteles ofrecen descuentos por estancias prolongadas, en especial si te quedas más de una semana. Es habitual también que encuentres paquetes que incluyan actividades como buceo o paseos en barco, lo que puede resultar en un buen ahorro.

En resumen, para un viaje económico a Seychelles, planifica con seis meses de antelación y aprovecha las ofertas de estancias prolongadas y paquetes de actividades.

Las playas en Seychelles son de otro mundo, especialmente en la isla La Digue, donde las famosas rocas de granito harán el marco inigualable para tus selfies tropicales. Pero este paraíso te ofrece mucho más. No debes perderte una excursión a la reserva natural Vallée de Mai en Praslin. Allí encontrarás las palmeras de coco de mer, únicas en el mundo, y sentirás que has entrado en un jardín prehistórico.

Si eres buceador, las aguas cristalinas alrededor de las islas son un sueño hecho realidad. Pero si quieres sentirte como un explorador, dirígete a los atolones de coral de Farquhar. Es como bucear en una edición exclusiva de National Geographic, lejos de las multitudes. Y hablando de naturaleza única, la isla Curieuse es imprescindible para conocer a las tortugas gigantes de tierra en su hábitat natural.

Como aficionado a la vela, encontrarás en Seychelles un paraíso con rutas que van desde las islas principales hasta islotes apenas habitados. Imagina anclar en una bahía privada y pasar el día en completa tranquilidad.

En definitiva, Seychelles es mucho más que playas idílicas; es un destino que te ofrece una variedad de actividades y paisajes que lo convierten en una experiencia completa.